Escribir mucho. Desplazar el eje de la calidad por la cantidad. Hay que escribir mucho. No importa la calidad. Sólo escribir.
Y una cosa es escribir, y otra es editar.
Escribir algo de principio a fin, sin que me importen los problemas que vayan surgiendo. Y allí estará el monstruo, la criatura.
Uno siempre está tratando de estar cómodo. Y el gran secreto es bancarse la incomodidad.
El despelote es amenazante y uno después no sabe como domar ese despelote.
Enchastrarse. Un original requiere ensuciarse, y uno no lo quiere. Pero quiere escribir!
Tomar riesgo. Cuál? Que lo escrito no sirva, o sea una porquería, o evidencie partes de mí que resultan poco agradables...
Hay que avanzar con claridad? De dónde salió eso?
Enchastrarse y fluir.
Uno va entendiendo lo que está haciendo en la medida que lo hace.
Escribir es como investigar, investigarse. Tus emociones, tus pensamientos.